El motivo de que la mayoría de los coches no monte ventanillas traseras con protección solar es una cuestión de costes y peso. Pero también porque no hay una demanda social, ni una presión de las instituciones que empuje a los fabricantes a instalarlas; como sí ha ocurrido, por ejemplo, con algunos sistemas de seguridad. Algunas marcas ofrecen, como equipamiento opcional, acristalamiento con protección solar, con precios entre 300 y 600 euros, aproximadamente.
En las ventanillas delanteras laterales no está permitido por ley en muchos países, con la finalidad de que se pueda ver e identificar al conductor desde fuera del coche. En España solo las pueden instalar las personas afectadas de lupus, con un permiso especial regulado a través de la Orden IET/543/2012 del 14 de marzo. Carglass dispone de una lámina específica para las personas afectadas por esta enfermedad, con un logo específico que permite identificarla en las inspecciones técnicas. Este laminado solo se homologa en Madrid.
La solución de Carglass: el laminado con protección solar
Carglass ofrece una solución práctica, económica -y válida para todos los modelos- para dotar a las ventanillas laterales traseras de protección solar. El laminado cosiste es aplicar una lámina especial que bloquea el 99% los rayos UV en la cara interna de las ventanillas, operación que se realiza en poco tiempo. Carglass emplea láminas metalizadas de la máxima calidad y protección, con garantía de por vida sin pérdida de color. Además, se utiliza un programa de corte automático con plotter que aumenta la precisión, agiliza el servicio y ahorra tiempo al cliente.
Además de por una cuestión de salud, el laminado también mejora la seguridad al volante, pues reduce los deslumbramientos, la fatiga ocular y la temperatura del habitáculo. Todos los ocupantes del vehículo se benefician del aumento de confort que proporcionan las lunas laminadas por la menor incidencia de los rayos solares en el interior del coche. Y además, Las lunas laminadas “permiten un mejor uso del aire acondicionado”, en palabras de la Dirección General de Tráfico. Y esto redunda en un menor consumo de combustible. No olvidemos que el uso de aire acondicionado supone un incremento del consumo de un 4.6 por ciento en los diésel, un 3.8 por ciento en los coches de gasolina y un 6.1 por ciento en los híbridos, según un estudio de Emission Analytics.
FUENTE: Portal automotriz