Toyota Motor, el mayor fabricante nipón de vehículos, redujo el beneficio neto de su ejercicio fiscal de 2018 en un 24.5 por ciento, hasta los 1.88 billones de yenes (15,257 millones de euros), a pesar del incremento de sus ventas en China y en Europa.
Durante el último ejercicio fiscal nipón, comprendido entre abril de 2018 y el pasado marzo, el gigante japonés del motor registró un beneficio operativo de 2.47 billones de yenes (20,047 millones de euros), un 2.8 por ciento interanual más.
El fabricante con sede en Aichi (centro de Japón) facturó 30.22 billones de yenes (245,276 millones de euros), lo que representa un incremento interanual del 2.9 por ciento, según los resultados publicados hoy, por debajo de lo esperado por la mayoría de los analistas y acogidos con frialdad en la Bolsa de Tokio.
Toyota se convirtió así en la primera empresa nipona en superar una facturación anual por ventas de 30 billones de yenes, resultados que reflejan “la resistencia de Toyota en un momento en que el sector se enfrenta a varias crisis”, según dijo el presidente de la compañía, Akio Toyoda, en rueda de prensa.
La empresa, no obstante, registró un descenso interanual de su beneficio neto debido al impacto positivo extraordinario que había supuesto la reforma fiscal en Estados Unidos sobre sus cuentas en el ejercicio 2017, así como al efecto de tipos de cambio de divisas desfavorables.
Toyota también se anotó unas pérdidas de 293,700 millones de yenes (2,383 millones de euros) en su cartera de valores debido al “deterioro de los mercados internacionales”, explicó por su parte el vicepresidente ejecutivo de la empresa, Koji Kobayashi, en la misma comparecencia ante los medios.
Kobayashi añadió que los esfuerzos emprendidos por la empresa para reducir costes, optimizar su mercadotecnia y mejorar su productividad lograron mitigar “el efecto negativo del encarecimiento de las materias primas”.
Fuente: Portal Automotriz