En mayo pasado, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció el fin de los aranceles impuestos, desde mayo de 2018, al acero y al aluminio procedentes de México y Canadá.
Con esa medida, no solo se eliminó una importante carga fiscal para el sector metalúrgico nacional, sino que además se superó un gran obstáculo rumbo a la ratificación del nuevo Tratado de Libre Comercio de los países de América del Norte (T-MEC).
Edgar Almaguer, Socio de Auditoría en Deloitte México – Industrias de Manufactura y Minería, analiza los principales efectos que tuvo el mencionado gravamen durante el tiempo en el que estuvo vigente y las perspectivas que, hacia futuro, tiene el sector.
Por otro lado, respecto a quiénes fueron los principales afectados por esta medida, consideramos que, de manera directa a inmediata, fueron los comercializadores. Indirectamente, las repercusiones se hicieron sentir también entre los productores, ya que, al disminuir sus volúmenes de exportación, se vieron obligados a tratar de colocar sus productos en el mercado nacional, creando con ello una sobreoferta y una situación desfavorable en negociaciones de precios.
¿Hubo algún área específica del sector en el que se dieran las principales afectaciones?Las empresas más afectadas son las de la industria automotriz (incluyendo productores de autopartes), debido a que tienen un mayor nivel de exportación hacia los Estados Unidos. No obstante, otros productores de acero de commodities han tenido que revisar cuáles productos son prioritarios o tienen mejores márgenes, para poder enfocar sus esfuerzos en ellos y, así, sobrellevar la situación.
A pesar de que algunos productores de acero en México, simple y sencillamente, no están enfocados en este nicho de mercado, existen otros que sí participan en esta industria, los cuales seguirían teniendo desafíos relacionados con el cumplimiento de los requerimientos de producción de automóviles (por ejemplo, que cierto porcentaje mínimo sea fabricado en uno de los tres países).
Desde nuestra perspectiva, observamos que las empresas de la industria están más optimistas por la eliminación reciente del arancel de 25% a las importaciones en los EE.UU., y más aún ahora que el gobierno federal ha logrado negociar con ese país la no imposición de aranceles a todos los bienes producidos en México, que amenazaban con ser progresivos.
Fuente: Cluster Industrial