Primero fue la amenaza de cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Después vino la de cerrar la frontera. La última, hace apenas una semana, tomó la forma de unos aranceles de hasta un 25% a las importaciones, finalmente desechados. Los dos años y medio de la Administración de Trump han provocado sobresaltos continuos a la industria automotriz mexicana. Y sin embargo estos no han bastado para detener la instalación de empresas del sector en México, catapultado el año pasado a la sexta posición mundial de países productores, por delante de Corea del Sur. BMW ha sido la última en aterrizar y lo ha hecho con su fábrica más puntera inaugurada hasta la fecha, señal de la confianza pese a las turbulencias.
Los robots de la fábrica de la empresa alemana tienen brazos, codos y manos. Hacen de todo. Uno de ellos, de color naranja, ayuda a un empleado de uniforme azul a apretar los tornillos de uno de los motores que circulan en cadena por la inmensa planta de ensamblaje. “Generalmente están detrás de una celda, pero estos no requieren barrera; colaboran con los trabajadores”, dice Carmín Rodríguez, gerente de producción, sobre una de las principales innovaciones de la planta, inaugurada la semana pasada. Situada en San Luis Potosí, una ciudad del norte de México con una importante presencia del sector del automóvil, BMW comparte parque industrial con su competidora General Motors, presente en la zona desde 2008.
México se ha convertido en los últimos años en un laboratorio de nuevas tecnologías. La planta de BMW, con un 95% de automatización en algunos segmentos de la producción, es un ejemplo. La fábrica, además, está construida con un corsé maleable. Inicialmente producirá sedanes Serie 3, el best seller de los coches de lujo, con un objetivo de llegar a las 175,000 unidades al año, pero en el futuro puede adaptarse a otros modelos, tanto de gasolina como híbridos o eléctricos. “Proyectamos la planta de manera que pudieÌramos reaccionar raÌpida y flexiblemente ante futuras variantes de modelos y voluÌmenes de produccioÌn”, dijo su director, Hermann Bohrer.
La mayor robotización ha cambiado el perfil del trabajador. Según la responsable mundial de recursos humanos de la compañía, Milagros Caiña, la tendencia es hacia una mayor representación de la mano de obra altamente cualificada, sobre todo ingenieros con conocimientos de robótica. La empresa tiene un centro de capacitación para jóvenes.
Fuente: El periodico de Mexico.