A pocos meses de su llegada a nuestro país, tuve oportunidad de convivir a profundidad con la Lincoln Nautilus 2019 y si bien, es cierto que se trata de un facelift al modelo MKX que ya conocíamos, las mejoras ofrecidas por la marca consiguen, al menos en mi opinión, entregar exitosamente una experiencia lujosa y agradable.
Por otra parte, no podemos olvidar que la Lincoln Nautilus Reserve (versión probada) comparte plataforma y componentes mecánicos con la Ford Edge ST, y al igual que como sucede con la Navigatory Expedition, me alegra comunicarte que la Nautilus, logra diferenciarse adecuadamente de su hermana con el emblema del óvalo azul.
A nivel visual, la gran novedad está en el frente, que adopta el lenguaje que vimos por primera vez en el Continental, con esa gran parrilla rectangular de bordes redondeados que sustituyó a la malograda parrilla de cascada que nunca terminó de convencer.
Aunque la Lincoln Nautilus se ubicará ahora la más veterana de la familia de SUVs de la marca, esto una vez que Aviator y Corsair (próximo reemplazo de MKC) lleguen al mercado, este facelift le permite no solo mantenerse vigente, sino replantear su posicionamiento en el mercado.
La variante Reserve se ubica entonces como una opción interesante para las versiones de aspiraciones deportivas como Audi SQ5 o BMW X3 M40iA, ofreciendo más espacio, aunque eso sí, sin los mismos niveles de agilidad.
Y si bien, por dentro luce ya algo veterana, la experiencia abordo es excelente, teniendo poco que envidiar a lo mejor que Europa puede ofrecer.
Fuente: Noticias autocosmos