Aunque parezca irónico, los coches más veloces del mundo no equipan un parabrisas que para proteger al conductor, cuando en nuestros vehículos de calle no concebiríamos conducir sin él. Los motivos son diversos, pero no cabe duda de que la seguridad de los pilotos aumentaría si sus monoplazas llevaran un parabrisas que protegiera su cabeza y mejorase su visión.
Desde sus inicios, en la Fórmula 1 siempre han competido coches monoplaza y abiertos, quedando los automóviles “cerrados” (con techo y parabrisas) para otras categorías. Bajo esta configuración, la protección de la cabeza del piloto se confía a un casco y a otros elementos del chasis y la carrocería; y su ventilación, al libre paso del aire.
Es cierto que algunas de las funciones de seguridad que el parabrisas realiza en los coches de calle no son necesarias en los monoplazas de competencia. Por ejemplo, no tiene que servir de apoyo para el despliegue del airbag del acompañante; ni tampoco aportar resistencia estructural para que el techo no se hunda en caso de vuelco, o alojar los sensores de los sistemas de seguridad ADAS. Ahora las gotas de lluvia y la suciedad se acumulan en la pantalla del casco, y el piloto tiene que ir retirando las finas láminas de plástico que lleva acopladas (hasta un máximo de once, para no distorsionar la visión) cuando se ensucian.
Red Bull Advanced Technologies ha desarrollado un parabrisas cuyo objetivo fundamental es impedir que sea alcanzado por piezas de otros coches u otros objetos que puedan entrar en el área del cockpit. El Aeroscreen es una pantalla balística laminada de policarbonato que rodea el habitáculo con un marco de titanio. La capacidad de resistencia será de nada menos que 150 kiloNewtons de fuerza, suficiente para soportar el impacto de una rueda a alta velocidad. Esta pantalla incluirá un revestimiento anti reflectante, clave para que los pilotos puedan competir de una forma segura sin ser deslumbrados; un sistema antivaho que garantice la visibilidad y láminas “tear-off”, que el piloto puede ir despegando a lo largo de la carrera en caso de que haya suciedad.
Este concepto es la segunda evolución del dispositivo. La primera fue probada por experimentados pilotos en este campeonato, uno de ellos Scott Dixon, pentacampeón de esta especialidad. Dixon aseguró no haber tenido ningún contratiempo sobre la pista, aunque señaló que debía haber una mejora para evitar la pequeña “distorsión” que se producía tras la pantalla. También le preocupó la ventilación dentro del cockpit, ya que el dispositivo protector evita el paso del aire al que están acostumbrados los pilotos de monoplazas. Esto último se solucionará con un sistema de refrigeración.
Fuente: Portal automotriz