La historia dice que para participar en la primera competencia de las 500 Millas de Indianápolis, que se celebró en 2011, el entusiasta y fabricante Howard C. Marmon decidió construir un vehículo innovador, el cual resultó particularmente estrecho para dejar espacio a los dos ocupantes que solían abordar cada auto: piloto y mecánico. La labor de este último no era solo estar pendiente del rendimiento del auto, sino también informar al conductor sobre la ubicación de los rivales.
Un paso en la evolución actual son los espejos retrovisores digitales, que ofrecen múltiples servicios y son cada vez más demandados por los usuarios. Este dispostivo es muy útil, sobre todo para vehículos de grandes dimensiones, como los SUV, que al tener una posición de manejo más elevada, tienen mayor número de “puntos ciegos”.
Existen varios modelos de retrovisores digitales y en muchos casos trabajan solidarios con cámaras que amplían el campo de visión del espejo convencional. Por ejemplo, en el caso de la Chevrolet Traverse se cuenta con un espejo retrovisor digital de doble función, que con solo presionar un comando se convierte en una pantalla panorámica complementaria a la cámara de retroceso, permitiendo así una visualización completa de todo el entorno que hay detrás del vehículo.
La funcionalidad del sistema de visión 360°, que ofrecen algunos modelos de automóviles y camionetas Chevrolet, funciona gracias a cuatro cámaras incorporadas alrededor del vehículo, las cuales proveen una vista panorámica integral y en tiempo real. Este ángulo de visión se complementa con la cámara de reversa y los sensores de movimiento, favoreciendo la seguridad en las maniobras de reversa.
Si bien existen cámaras de reversa y espejos retrovisores digitales que se pueden instalar en cualquier vehículo nuevo o usado, lo recomendable es que estos gadgets vengan instalados de fábrica y sean parte del equipo original de la marca, con ello se evitan posibles fallas o riesgos para el conductor o los transeúntes.
Fuente: Noticias autocosmos